cenando luna.

Así como la recelosa lluvia reserva para la despedida su perfume más delicado y su brisa que desprende texturas vaporosas, tal cual es el respiro acomodado que se funde con el beso de labios tibios que conservo, que no he dado, para errar de nuevo mi suspiro que desgarra en la detestable lucidez de tu cuerpo, para sentir la inevitable danza de tus pasos, para reír con tu energetica y a la vez cinica sonrisa, para ahogarme en las humeantes caricias de tus manos, para unirme cuatro veces en 20 noches con el sueño prohibido de tu desnudez, para perderme en ti y errar de nuevo en el amor, para morir sabiendo que caeré de nuevo en tu trampa antes de tomr de nuevo el camino congrunte, para ver la lluvia y carecer de sentidos, sólo escribir porque asquerosamente pienso en ti.