Un día me entraron las ganas locas por caminar a la orilla de una inhóspita playa con mi prospecto número 28... Sin el roce de nuestras manos, sin el choque explosivo de mil miradas por segundo, sin el intercambio de palabras que calan, sin nada de esta bola de clichés; me enamoré.
No quiero introducirme en paredes de cristal, ni quedarme por siempre adormecida por la palidez de la melodía incolora que se vive en ella...Quiero viajar por ella, así simplemente sin preguntarme porque e ir observando bajo las ondas tornasol todo lo que ocurre allá abajo, como flotar y sumergirme en esa interrogación que me surge cada día y me punza en la sien...quiero invitarte a sumergirte en este claro-oscuro de la simplicidad de ser, de la vida misma, del amar sin esperar que la dirección irregular e impredecible nos lleve a un lugar seguro, más no se si este exista, solo se que cada día deseo de ti y verte unos vagos segundos más.
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